lunes, junio 09, 2014

La república de los necios

Son tiempos extraños los que nos ha tocado vivir. En esta época dónde absolutamente cualquier cosa podría pasar pero hoy me gustaría hablar sobre el debate abierto... o reabierto en España sobre la monarquía, la república o cualquier otro tipo de estado de Gobierno.
            Hay muchas voces que claman argumentos a favor o en contra de lo que debería pasar en el país. Manifestaciones exigiendo referéndums, consultas virtuales, apoyos y debates en televisión sobre unos y otros, actos de censura y otras formas de controlar que el pueblo esté demasiado agitado. Si me preguntaran a mí... sinceramente, diría que es todo una completa gilipollez.
            Y no es que tenga una opinión al respecto. Pienso que los sistemas monárquicos son cosa de un pasado de represión y el mero hecho de estar con una figura anclada en el pasado nos impide avanzar hacia el futuro. No tengo muy claro el sistema de gobierno que se debería implantar pues actualmente creo que ninguno es bueno del todo. Cómo diría Platón quizá la república sería el sistema menos malo de todos, pero los filósofos griegos se tirarían de los pelos al ver lo maleada que está la política actual. Y es cierto que en la época clásica había verdaderos tiranos gobernando sobre el pueblo, como por ejemplo Nerón en Roma, Calipo de Siracusa y demás. Pero aún así, sabían el poder que tenía el pueblo. El pueblo sabía el poder que tenían y la clase política estaba comprometida, o solía estarlo en su mayoría, por mejorar el bienestar de sus ciudadanos. Por hacerse un hueco en la historia con sus actos y aclamado así por sus compatriotas.  Y así llegan a nuestros días nombres como Julio César, o Pericles. Hombres que fueron más que políticos. Que cambiaron el rumbo de sus respectivos países y los hicieron lucir un poco más fuertes.
            En cambio ¿Qué tenemos nosotros? Gente más preocupada en llegar al poder sin importar las formas. Ladrones de lo público, asesinos de la verdad, de la información y de las garantías sociales. Mentirosos de doble rasero y gente cuyo único fin es llenar bien los bolsillos a costa del trabajo de los demás. Lanzadores de responsabilidades arrojadizas y palabras envenenadas. ¿Y de verdad queremos darle más poder a esta calaña? ¿De verdad queremos una república gobernada por gente así? Yo desde luego que no. Y tacho de necios a todos aquellos que deseen ver aumentado el poder de esta gente aún más. Lo que este país necesita no es un rey, una reina o una república. Lo que este país necesita es un cambio de mentalidad. A veces volver sobre nuestros pasos y contemplar ejemplos pasados puede ser un buen modo de ver cuán perdidos estamos en el presente, y lo jodido que nos pinta en el futuro. Este país necesita gente incorruptible, gente humilde y sensata que no se le suba el poder a la cabeza. Gente con más frente que jeta para gobernar con cabeza y no bajo intereses propio, sino comunes. Gente valiente que se atreva a dar los pasos necesarios para cambiar esta situación, para reconducir las estrategias comunes a las necesidades de todos. A dejar a un lado favoritismos, amiguismos y familismos, que tanto se dan en la política actual. A tener en cuenta todas y cada una de las voces, a no discriminar ni tachar lo diferente o lo contrario a nuestras ideas. A dialogar respetando.

            Quizá, cuando llegué ese día, estemos preparados para afrontar una nueva república en este país. Mientras tanto... hay cosas más importantes de las que preocuparnos. 

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