Son tiempos extraños
los que nos ha tocado vivir. En esta época dónde absolutamente cualquier cosa
podría pasar pero hoy me gustaría hablar sobre el debate abierto... o reabierto
en España sobre la monarquía, la república o cualquier otro tipo de estado de
Gobierno.
Hay muchas voces que claman argumentos a favor o en
contra de lo que debería pasar en el país. Manifestaciones exigiendo
referéndums, consultas virtuales, apoyos y debates en televisión sobre unos y
otros, actos de censura y otras formas de controlar que el pueblo esté
demasiado agitado. Si me preguntaran a mí... sinceramente, diría que es todo
una completa gilipollez.
Y no es que tenga una opinión al respecto. Pienso que los
sistemas monárquicos son cosa de un pasado de represión y el mero hecho de
estar con una figura anclada en el pasado nos impide avanzar hacia el futuro.
No tengo muy claro el sistema de gobierno que se debería implantar pues
actualmente creo que ninguno es bueno del todo. Cómo diría Platón quizá la
república sería el sistema menos malo de todos, pero los filósofos griegos se
tirarían de los pelos al ver lo maleada que está la política actual. Y es
cierto que en la época clásica había verdaderos tiranos gobernando sobre el
pueblo, como por ejemplo Nerón en Roma, Calipo de Siracusa y demás. Pero aún
así, sabían el poder que tenía el pueblo. El pueblo sabía el poder que tenían y
la clase política estaba comprometida, o solía estarlo en su mayoría, por mejorar
el bienestar de sus ciudadanos. Por hacerse un hueco en la historia con sus
actos y aclamado así por sus compatriotas. Y así llegan a nuestros días nombres como
Julio César, o Pericles. Hombres que fueron más que políticos. Que cambiaron el
rumbo de sus respectivos países y los hicieron lucir un poco más fuertes.
En cambio ¿Qué tenemos nosotros? Gente más preocupada en
llegar al poder sin importar las formas. Ladrones de lo público, asesinos de la
verdad, de la información y de las garantías sociales. Mentirosos de doble
rasero y gente cuyo único fin es llenar bien los bolsillos a costa del trabajo
de los demás. Lanzadores de responsabilidades arrojadizas y palabras
envenenadas. ¿Y de verdad queremos darle más poder a esta calaña? ¿De verdad
queremos una república gobernada por gente así? Yo desde luego que no. Y tacho
de necios a todos aquellos que deseen ver aumentado el poder de esta gente aún
más. Lo que este país necesita no es un rey, una reina o una república. Lo que
este país necesita es un cambio de mentalidad. A veces volver sobre nuestros
pasos y contemplar ejemplos pasados puede ser un buen modo de ver cuán perdidos
estamos en el presente, y lo jodido que nos pinta en el futuro. Este país
necesita gente incorruptible, gente humilde y sensata que no se le suba el
poder a la cabeza. Gente con más frente que jeta para gobernar con cabeza y no
bajo intereses propio, sino comunes. Gente valiente que se atreva a dar los
pasos necesarios para cambiar esta situación, para reconducir las estrategias
comunes a las necesidades de todos. A dejar a un lado favoritismos, amiguismos
y familismos, que tanto se dan en la política actual. A tener en cuenta todas y
cada una de las voces, a no discriminar ni tachar lo diferente o lo contrario a
nuestras ideas. A dialogar respetando.
Quizá, cuando llegué ese día, estemos preparados para
afrontar una nueva república en este país. Mientras tanto... hay cosas más
importantes de las que preocuparnos.
Me gusta. No puedo estar si no más que de acuerdo contigo ^^
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