jueves, febrero 18, 2016

Heroes Re-dead



Hace unos días que me enteré que Heroes Reborn se cancelaba. Si, otra vez. Otra vez volvían a hacer la misma mierda con una serie que prometía bastante. Vale, sí, el argumento de la nueva serie no era lo mejor, no era Heroes temporada 1, pero tampoco era tan mala como otras temporadas de la serie original. Vale, sí, la serie original se comió la huelga de guionistas, tuvo problemas de financiación y falta de cariño por parte de un público que sólo recibía decepciones al ver que temporada tras temporada la serie agonizaba sin llegar nunca al esplendor de sus primeros capítulos. Pero en esta segunda serie, secuela, renacer parecía que las cosas iban mejor. Unos personajes antiguos que han sufrido el paso del tiempo, personajes nuevos forjados en la desgracia y un destino místico… Es verdad que había cosas que no olían demasiado bien. El tema de poderes aleatorios que sirven para todo, las motivaciones cuestionables de ciertos personajes para encajar en la trama y un paralelismo espacio/tiempo demasiado extraño dejaba un sabor algo amargo a la nueva serie. Pero contaba con algo fundamental para que la serie siguiera con vida: una trama sólida y el inicio de un argumento para la segunda temporada prometedor.
            ¿Qué ha pasado? ¿Por qué se ha ido? ¿Otra vez? No entiendo porque la productora se gasta millones en la serie, en traer personajes medianamente importantes de la serie anterior, la campaña de publicidad bestial que se ha hecho a nivel mundial con el regreso de la serie para abandonarla a la mínima de cambio. ¿Tanto mola jugar con los sentimientos de las personas? Si se veía venir que tenías que hacer un producto de grandísima calidad y estaba claro que no lo estabais haciendo ¿qué sentido tiene marear la perdiz? Es algo que se me escapa. Si se apuesta por algo y no ha tenido un mal rendimiento, continua, sigue apostando a ver qué pasa. Si no piensas mojarte ni pierdas el tiempo y el dinero en apostar por ello. Continúas una historia que has maltratado con anterioridad, asumes ese riesgo; decides apostar por continuar algo viejo, que no funcionó cuando en la parrilla hay series de una calidad terriblemente buenas, asumes otro riesgo; juegas con los fans dando a entrever la vida/obra/penurias/virtudes de personajes relevantes del pasado para luego no cumplir con las expectativas alegando resolver misterios en otras temporadas, asumes más riesgos. ¿Para qué? Para no seguirlo hasta el final.
            La verdad es que estoy indignado y decepcionado. Es cierto que parte de los pesos pesados de la historia original se vio con fuerza en esta segunda serie pero a mi juicio faltaban los más interesantes. Los que de verdad llegaron a hacer que muchos de nosotros nos tragásemos tres temporadas de pura mierda por ver sus historias en la serie original. La serie “renacida” (y abortada) prometía esclarecer posibles paraderos e historias de los que a mi juicio eran las voces cantantes de los antiguos héroes, Peter y Sylar, pero ahora como antaño vuelven a menospreciar el talento y la fuerza de la ficción en post del valor monetario. No hay héroe que pueda levantar esta gran decepción ni aun viajando en el tiempo.

sábado, febrero 13, 2016

Sangre, sudor y confetti



Fue gracioso lo que pasó ese año por las fechas. Gracioso si tienes el mismo sentido del humor negro que yo, si dejas pasar el tiempo suficiente para que puedas reírte de las cosas y puedas mirarlo con perspectiva. De lo contrario es una puta mierda graciosa de la que ni acordarse. Pero es inevitable que piense en aquel carnaval. El primero desde que pasó el incidente que lo cambió todo.
Hacía unos meses que había estado operativo cazando a la escoria cambiada. Meses atrás mi vida había dado un giro radical cuando descubrí que mi churri me había estado engañando con otro. No sé cómo no pude olerme nada, porque realmente aquello olía de lejos y fatal. Pero ahora es algo que no quiero recordar. Volviendo a lo que nos atañe, eran fechas señaladas para la ciudad. Se acercaban los carnavales, una de las fiestas clave para todos. Y yo tenía trabajo que hacer. Algo divertido y probablemente peligroso. Así era mi nuevo trabajo, siempre aleatorio cuanto menos. No es una queja aunque lo pueda parecer. Compréndeme, no soy la típica nenaza lloriqueando por todo, lo comento como algo objetivo. Mi nueva vida era menos monótona pero implicaba unos riesgos. Y no sólo por parte de los cambiados. La poli llevaba unas semanas detrás de mí pero no es momento de hablar de esto tampoco.
Todo empezó un día normal cerca de esta festividad. Recibí un correo de una empresaria de la ciudad, que me pedía justicia. Uno de sus hombres había matado a varios trabajadores en la fábrica antes de huir y la pasma no parecía muy eficaz en dar con el sospechoso. Tenía vía libre para propasarme en mis funciones y además pagaba bien. No necesitaba hacer más preguntas. ¿Sinceramente? Ni me importaban. Recibí una foto por mail del sujeto al que tenía que cazar y me pagó la mitad del dinero por adelantado. Sí, lo sé, debería haberme puesto a buscar en cuanto me llegó el encargo pero soy un hombre de gustos exquisitos. Me compré una tele de plasma. De estás que son tan grandes como piscinas y que se ven hasta las canas a los actores. Y claro, tenía una cuenta pendiente con esa serie de abogados que dejé de seguir hace tiempo. También le debía a mi estómago un par de mierdas sabrosas: pizzas, hamburguesas, pollo frito, kebab… todo lo que podía encargar y zampar fue desfilando por mi casa esos dos días. ¿O fue una semana lo que me ausenté? Para mi desgracia el dinero se acabó igual que llegó y no fui lo suficientemente listo como para cobrarla por días. Así que tocaba moverse.
El carnaval había comenzado y eso hacía más fácil camuflarme entre la gente. Me había creado un traje para trabajar. Mi madre dijo cuándo lo vio por primera vez que si era un friki japonés de esos. No era mi intención, desde luego. Pero era lo que tenía por ahora y si tengo que sincerarme, me gusta marcar el paquete. Hacía meses que no follaba y era lo más cercano que iba a arrimarla en todo el día. El problema como descubrí después es que tampoco tiene mucho margen para animarse. El carnaval sacó los disfraces de putillos/as de todos los sex-shop de la ciudad. O eso me pareció aquél día. No tardé demasiado en llamar la atención más de lo esperado y tuve que dejar la búsqueda sigilosa ese día. Me mezclé con la gente, con el ambiente, la fiesta, el alcohol… dejémoslo en que mezcle demasiado.
La clienta llamó el día de resaca. Enfadada, con razón. Le habían comunicado que el sujeto tenía planeado irse de la ciudad. Tenía dos días antes de que rescindiera el contrato. Y necesitaba el dinero. Había gastado de más en la tarjeta de crédito pero hay reconocer que la ducha de hidromasaje era completamente necesaria para poder pensar bien en como satisfacer a mis clientes. Por suerte su contacto también le había dicho donde vivía la presa. Me preocupé tanto que contrarrestó el alcohol que aún quedaba en el cuerpo. ¿Habría contratado a alguien más? ¿Hay más personas que se dedican a lo mismo que yo? Tenía que resolver aquello cuanto antes. Me puse unas gafas de sol para disimular las ojeras y me lancé en su búsqueda.
Esperé en el coche en la puerta de la supuesta vivienda. Aún era temprano pero eso no evitaba que para algunas personas aún estuvieran celebrando la fiesta de la noche pasada. Distracciones de más, disfraces de menos. En lo que veía aquellas telas tan bien ajustadas y tan escasas bailar y danzar por cuerpos ajenos, me preguntaba que habilidad tendría la persona que tenía que cazar. ¿Lanzaría bolas de fuego? ¿Rayos de hielo? Ojalá pudiera servir café guiñando un ojo. Hubiera matado por un café en ese momento. Por suerte no me hizo matar a nadie. Salió al poco tiempo. Parecía un tipo normal y corriente. Un pringado imberbe que aún se mete el dedo en la nariz cuando nadie le ve. Me preguntaba cómo habría matado semejante geek a nadie. Hasta que pasó por delante del grupo de fiesteros con trapitos y mis dudas se multiplicaron. ¿Cómo alguien podía matar a otro ser humano con la única habilidad de lanzar confeti con sus manos? ¿Acaso era algo posible? Me reí confiado saliendo del coche.
-Tu, la piñata con patas. Ven a que te ahostie un poco. Quiero ver que más regalos hay en tu interior.
No elegí bien las palabras. Quizá fuera el alcohol del día anterior, o el exceso de confianza pero el friki se lanzó a por mí como las serpientes sacan y muerden a sus presas. Cuando me di cuenta lo tenía demasiado cerca. Empezó a echar confeti por todos los lados. Al principio eran de todos los colores. Pero poco podía ver. Hasta que sentí el golpe en mis zonas más nobles. Entendí en aquel preciso momento a no volverme a hacer un traje marcando paquete. Abrí la boca de dolor para gritar. Grave error. El tipo me metió la mano en la boca y empezó inyectarme sus papelitos intentando ahogarme. Intenté morderle la mano pero tenía la boca tan llena de la brillantina festiva que me era imposible hacerlo. Empezaba a quedarme sin oxígeno, notaba como empezaban a caerme mocos llenos de su habilidad cambiada. Por suerte para mí era bastante más fuerte que él. Cogí su brazo y se lo partí, apartándolo de mi lado. Tosí varias veces brillantina, me sentí uno de esos ponis de cartón que golpeábamos de pequeño en la fiesta de cumpleaños de Eduardo. El cambiado se retorcía de dolor al lado de mi coche lleno de su sucio y poco divertido confeti. Cuando estuve mejor me sentí en la obligación de devolverle algo de mí por todos esos papelitos que me hizo tragar. Una buena dosis de puños y patadas hicieron sentirme mejor y en paz con la justicia, al ver que mi cuerpo de colorines estaba casi igual de mal que su cuerpo ensangrentado.
El resto es rutina. Lleve la presa, cobré y final feliz. Al menos para mí. Aunque el sabor festivo me estuvo acompañando durante varios días como si de cereales en el desayuno se tratara.