—Dicen que la locura es un estado
de privación de la razón, dónde se te nubla el juicio y eres incapaz de pensar
con claridad pero… ¿Acaso no puede ser un nuevo enfoque? ¿No se ha llamado
locos a todos aquellos inventores y visionarios que una vez apostaron por sus
ideas? Genios, visionarios, gente con opiniones distintas a lo socialmente
establecido en ese momento que se permitió el lujo de ir contra corriente. ¿Y
acaso alguno de ellos pudo decir que no mereció la pena? Sócrates, Maquiavelo,
Voltaire, los hermanos Lumière, Einstein o Ramón y Cajal fueron unos de tantos
genios que aportaron algo a nuestro tiempo, pero que no siempre fueron bien
vistos por sus contemporáneos. ¿Y acaso contemplamos el mundo sin sus avances?
¿Consentimos un mundo sin la genialidad de estos hombres? Creo que a todos se
nos viene una palabra clara a la mente: No.
»Y es por eso, porque el ser humano
teme soñar y liberarse de las opresoras cadenas de la tradición y de las normas
por lo que no somos capaces de avanzar. Se tacha de locura a todo lo que se
sale de lo convencional. A todo lo que dé una luz para el progreso de la raza
humana, en igualarnos y darnos a todos las mismas oportunidades sin distinción
de sexo, religión o creencias. Por estas cosas, somos solamente los más listos
de nuestro planeta. Pero pensar, abrir los ojos más allá de vuestras
cuadriculadas mentes. ¿Y si hubiéramos sabido seguir adelante? ¿Y si las
convicciones éticas, morales y monetarias no hubieran frenado nuestro avance?
»Atreveos a soñar. No os quedéis
estancados en lo que el momento, el ahora, y las pocas miras de la sociedad os
obligan a aceptar. Pensad, reíd, llorad, amad, dudad, arriesgad, ganad, perded,
conquistad; en definitiva, vivir la vida tan escasa que tenemos por delante.
Vivirla sin desperdiciar los valiosos momentos que tenemos. Vividla sin
ataduras, sin alienaciones sociales que os impidan expresaros. Decid a la mujer
que amáis cuanto la queréis. Dibujad aquello que tantas vueltas os da en la
mente. Componed aquellas sonatas que parecen tan utópicas. No os estanquéis.
Volad. Ser felices. Porque podéis conseguir todo lo que os propongáis. Porque a
veces, los sueños se hacen realidad.
Tras un breve momento silencio, la
sala abarrotada de gente comenzó a proferir un murmullo, que fue aumentando
rápidamente. Un par de duros golpes de madera contra madera suavizaron, calmaron
la situación y pusieron orden. El sujeto que había hablado, profirió una amplia
sonrisa al ver el alboroto que había causado ante su público pero una voz
autoritaria le sacó de su ensimismamiento.
—¡Silencio! Silencio. ¿Cómo se
atreve a evadir una pregunta tan directa? Conteste de una vez a la pregunta que
el letrado: ¿Por qué planificó y colocó la bomba en aquel vehículo público? ¿Es
usted consciente de que se llevó en su demencia a más de cincuenta almas
inocentes, entre ellas menores de edad?
El hombre volvió a sonreír
ampliamente, girándose para mirar directamente al juez que instruía aquel
amargo caso. Lo miraba a los ojos, compadeciéndose de su ignorancia. Despegó
sus labios, para exhalar una suave respuesta con el fin de que pudiera
comprender su punto de vista de una vez por todas.
—Hay veces que un gran cambio, exige
grandes sacrificios.