domingo, agosto 31, 2014

Sobre los sacrificios

Es curioso cómo sin darnos cuenta, somos espectadores de la maldad y la crueldad  con la que funciona el mundo.  A estas alturas de la vida, nadie pone en duda que el mundo no está compuesto por personas buenas o malas. El mundo está compuesto por personas grises, y cada tono de gris es lo que nos hace diferente, pues puede haber grises parecidos, pero no iguales. Es el mundo, las circunstancias, y en menos medida nuestras propias decisiones, los que nos llevan a esas tonalidades de gris. A ser buenos o malos. Una persona "buena" puede cometer actos malos y una persona "mala" buenos. Es el destino, la vida, las circunstancias lo que mueve a la sociedad. A la vida en general.
            Miremos un poco conceptos primarios que tenemos en el ser humano. El concepto de héroe, por ejemplo. Se categoriza de héroes a personas que suelen haber hecho algo que les ha costado la vida. A sus buenas acciones en vida puede que nadie les haya prestado atención pero parece que el paso de la muerte las elevan y le convierten a ellos en héroes. Un bombero, un policía, un soldado que no haya muerto protegiendo a los demás no tiene esa categoría nunca. Un médico que salva vidas puede ser un médico nefasto e imprudente si no consigue salvar la vida de uno de sus pacientes. En cambio, si el médico se suicidara para que su paciente pudiera salvar la vida, sería un héroe. Por el contrario, el concepto de villano parece algo extinto. Difuminado en el tiempo y la fantasía. Pues esas personas que antes se llamaban villanos son las que hoy en día gobiernan con engaños y otros subterfugios, robando y aprovechándose de toda la gente que un día confiaron en ellos.
            Para más señas de que el mundo es un lugar hostil podemos ver el tema de los sacrificios. El mundo exige sacrificios. Sacrificios que suelen ser hecho por personas justas y buenas para que otras menos dignas puedan seguir con su vida. Y no hablo sólo de sacrificios en su máxima expresión, donde un individuo pierde la vida. También es un sacrificio hacer algo que no quieres para beneficiar a otro. ¿Cuántas personas se sacrifican a diario en trabajos que no les llenan para dar de comer a su familia? El mundo exige esos sentimientos positivos para satisfacer y contrarrestar sus propias ansias de maldad. Karma, lo llamarían algunos. En dónde el destino pone lo malo y nosotros acabamos poniendo lo bueno. Pocas personas conozco que les haya venido todo dado. Normalmente la historia es la misma, persona triunfadora que llega a donde está con esfuerzo, trabajo y sacrificio. Es verdad que a veces el momento adecuado, el lugar correcto y la suerte ayudan. Pero sólo con eso no te mantienes. Sin talento, ni trabajo duro la suerte, el momento y el lugar de poco importan.

            Está claro que en la vida no puedes salvar a todas las personas. Ni si quiera a aquellas que has cogido más aprecio. La vida es dura y te da a siempre a elegir cosas contradictorias y excluyentes. Si intentas salvarlos a todos, acabas fallándote a ti mismo, y eso implica perderte por caminos de los que quizá jamás vuelvas. En cambio si consigues salvarte primero, puedas salvar a alguno más con ese tiempo extra que le has ganado a la vida. Es una lección cruel, que he aprendido por las malas no hace mucho. Pero si aún así estas pensando en sacrificarte. En pasar a ser un héroe ánimo, piensa bien si tu sacrificio va a merecer la pena.