lunes, septiembre 21, 2015

La muerte del verdadero detective




            Volvemos a la carga con otra entrada para el apartado de críticas, esta vez de una de mis series favoritas: True Detective. O bueno, mi serie favorita si no contamos esta segunda temporada. ¿Qué ha pasado? ¿Qué es eso? ¿Vosotros también tenéis la sensación de haber perdido el tiempo durante toda la temporada?
            Sí, es cierto, tenía muchas esperanzas puestas en la segunda temporada. Y es cierto que me pasó justo lo contrario de cuando le di una oportunidad a la primera. En la primera no esperaba absolutamente nada, de hecho empecé viéndola a regañadientes por recomendación y por no tener a mano nada más del género negro para ver. Pero visto el primer capítulo no pude escapar de la espiral de tramas, subtramas, flashback y falsos culpables que la serie nos daba. Y es que ese rollito místico a lo H.P.Lovecraft con los cultos profanos a dioses espirituales y poderosos solo hacía que atraerme y gustarme más. Fue una buena serie, una buena temporada, en la que se juega con el espectador, sembrándolo de dudas en un mar de narcóticos y psicotrópicos que hacían dudar de la moralidad y el valor de la vida humana. Además se persigue a un asesino en serie que cuenta sin saberlo con influencias en altas esferas, pues en parte, todos son cómplices de una realidad que no es ajena.
            Pero vemos la segunda temporada y esperas que al menos, tenga una historia sólida, consistente, que se fundamente en algo más que jugar al despiste. Porque es lo que hacen durante toda la temporada, liar el fino hilo argumental del que se sustenta. Un hilo argumental que se puede resumir perfectamente en una frase. Pero claro, puede parecer complejo si le añadimos cinco protagonistas, desinformación, flashback forzados y traumas sin resolver de un pasado que nada tiene que ver con la historia principal. No contentos con eso, al tema van añadiendo secundarios con fuerte peso en la historia, que se entretejen con las historias de los personajes principales y despistan de la supuesta trama principal. Podrían ser alguno de los protagonistas algo carismáticos, que engañen al espectador de alguna forma para sentir empatía pero si nos salimos de los clichés que nos proponen de la ninfómana, el homosexual, el típico gánster o el matón, no nos queda ni un resquicio de humanidad en los personajes. Podría tener un final envolvente, que aunque fuese rápido te fuera atrapando, haciendo que corrieses hacia el para que esa rapidez final no resultara extraña. Pero tampoco ocurre eso. Ocurren muchas cosas que van desde lo absurdo hasta lo sorprendente. Cosas que por no hacer spoiler diré que desde un punto de vista interno podrían parecer lógicas desde la piel de los personajes aunque si nos alejamos un poco sean una auténtica chorrada.
            No todo es malo en la segunda temporada de True Detective. Debo agradecer que me hayan descubierto a lera Lynn, la cantante del Pub donde se reunían dos de los personajes protagonistas y que por casualidades de la vida, acaba siendo un escenario recurrente en toda la serie. Esta cantante tiene un par de discos bastante interesantes que poco tiene que ver con sus canciones para la serie, sin duda, las más oscuras que se pueden encontrar en la discografía.
            Para finalizar esta crítica debo decir que pudiendo hacer las cosas bien no hay necesidad de joderla y perdón por la expresión. Es cierto que últimamente la calidad de los productos audiovisuales es inmensa, y que actualmente no nos conformamos con series mediocres teniendo a nuestra disposición series que sin duda pasarán a la historia. Y es que eso es lo que ha pasado. Hemos matado al detective sobresaliente para sustituirlo por uno mediocre. ¿Acaso debemos conformarnos con la mediocridad? Pudiendo hacer las cosas bien, hagámoslas bien.