viernes, octubre 24, 2014

Prueba de nuevo

            Patético mortal. Otra vez tu arrogancia vuelve a traerte a mí. ¿Cuándo dejarás de creer en los de tu raza? Sí, sabes que sí. Te incluyo dentro del paquete. ¿Te crees mejor? ¿Especial? ¿Qué has hecho para merecértelo? No... Hace tiempo que me rechazaste. ¿Recuerdas? Pensabas que podrías hacer frente tu solo. Pensabas que podrías beber de mí, que podrías aprender de mi forma de ser. Pero no es así. Cada vez vienes más apaleado, más hundido. ¿Sabes que estás al límite de que no me intereses? Sí, no pongas esa cara de circunstancia. Antes eras fuerte, decidido. Tenías cualidades que me interesaban a pesar de tus múltiples defectos. Pero en cambio ahora... ¿Qué tenemos aquí? ¿Un montón de trozos rotos? ¿Carne que apenas puede caminar sin dolor? ¿Una conciencia demasiado atormentada? Por favor, me decepcionas. Hasta yo tengo mi límite. Y estás muy cerca de alcanzarlo. Quizá por eso estés aquí, a las puertas de lo que fue mi tumba, esperando que regrese para salvarte. Patético y estúpido mortal. Intentaste matarme. Me venciste y me enterraste en lo más profundo de tu conciencia creyendo que podrías nutrirte de mí. Qué me podrías usar a tu antojo. Cuán errado estabas en tus pensamientos. Me das lástima. Me das pena. ¿Dónde está aquella persona que me derrotó? ¿Dónde está mi némesis, el ejecutor de mi condena? Te lo diré por si lo dudas: Roto. Está roto, atrapado en los añicos dispersos de un alma condenada. Perdido en un mar de oscuridad del que hace tiempo que perdió el norte. ¿Y sabes que te digo? ¡Qué me encanta! Jajajaja. ¿Pensabas que me iba a apenar de tu sufrimiento? ¿Pensabas que te iba a ayudar en tu dolor? No viejo amigo, no. Ambos nos conocemos. Y sabemos que si esto sigue así, la batalla se tornará a mi favor. ¡Sigue nutriéndote de oscuridad! Sigue tu dieta equilibrada de penas, agonías, problemas y sueños rotos. Sigue. Cuando te quieras dar cuenta estarás ahogado en el mar de lo más oscuro de tu ser, bebiendo todas esas cosas negativas que has acumulado. ¿Piensas que sobrevivirás a este año? Jajajaja, bobo iluso. Tragarás ponzoña hasta que mueras. ¿Y sabes que pasará entonces? No te necesitaré para regresar a la vida. Cuando mueras YO ocuparé tu reinado. Y créeme. No tendré piedad. Dirigiré tu vida como hace tiempo debiste encararla: con crueldad, con odio, apoyándote en la venganza. Todos esos sentimientos que evitas, son los que te dan poder. Los que te harán más fuerte. ¿Acaso no querías aprender de mí? No tuerzas el gesto, ¡no apartes la mirada! Y aprende. Aprende de una puta vez. Deja de pensar en cuentos de hadas, en la religión de los necios donde el esfuerzo, el amor o la amistad pueden salvar a un alma condenada como la tuya. Aprende que sin mí tú no eres nada. ¿Sigues pensando que puedes cambiar tu destino? ¿Crees que puedes evitar tu caída mucho más tiempo? Adelante, prueba otra vez. Pues no te doy ni 24 meses para que los pocos trozos salvables de ti acaben siendo pisoteados y destruidos. Y entonces estaré yo ahí, para aprovecharme de la carroña. Ahí estaré yo para transformar en gélido y mortífero cristal lo que una vez fue el reflejo del vidrio brillante de las historias para niños que leías de los humanos. Pero olvidaste una cosa con los años. Los cuentos, cuentos son. No eres un héroe, no ayudas a nadie. No puedes salvarlos a todos. De hecho, ni si quiera serás capaz de salvarte de ti mismo. Muajajajaja. Hasta la vista... perdedor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario