Hace poco leía la noticia
que el famoso físico Stephen Hawking planteaba la posibilidad de un suicidio
asistido y gracias a esto el debate acerca de la eutanasia saltó a la mesa de
nuevo. Quizá sería fácil hablar sobre el tema y cómo esto puede influirme o
alterar a un entorno cercano. Pero me gustaría tratar otro punto de vista que
no se tiene tan en cuenta. Se habla mucho de las personas que pierden la esperanza
por la vida, que quieren huir de un mundo cada vez más acabado y corrupto
(discutible, no creo que el planeta tenga nada que ver en esto), pero apenas se
habla de las personas que a pesar de sus circunstancias le echan arrojo y
siguen luchando por vivir una vida plena. Personas como el famoso científico
cuya situación podría ser el motivo para muchos de tirar la toalla pero cuya
capacidad mental nos ha dado un ejemplo de vida a todos.
Y no es este el único caso que se puede destacar. Sin
irnos más lejos en España tenemos ejemplos de superación de la misma índole.
Hace poco tuve la oportunidad de asistir a unas charlas donde el guionista
Javier Olivares hablaba de su difunto hermano, y de cómo trabajó hasta el final
en algo que creía y le gustaba. En palabras del guionista, su hermano escribía
guiones parpadeando ya que padecía de ELA. Otro caso que quizá a cualquier otro
le habría permitido abandonar, dejar todo lo referente al trabajo y dedicarse a
vivir la vida mientras luchaba contra su enfermedad, pero no fue así.
Esto me hace reflexionar acerca de la otra parte de las
personas que sufren algún tipo de discapacidad física que les haga pensar el
suicidarse. Personas que a pesar de tener un panorama desalentador, echaron los
restos y siguieron adelante contra viento y marea. Quizá algunas personas se
pregunten de donde puede provenir esa fuerza, esa energía por no dejarlo todo y
dejar de sufrir. Desde mi punto de vista el mayor problema está en la cabeza de
cada uno. Personas con menos no han aguantado la presión mientras que otras solo
inspiran a los más débiles para seguir luchando. Una buena cabeza para
controlar esos sentimientos negativos y ver todos los puntos posibles es muy
importante para no perder la esperanza en casos semejantes. Morir, vamos a
morir todos. Si puedes aprovechar para seguir aportando con tu experiencia y
punto de vista, ¿por qué adelantar acontecimientos?
En mi opinión creo que se hace poca prensa acerca de estos
casos que parecen ser minoría en una sociedad más dispuesta a dejar pasar las
cosas que a afrontarlas. No nos engañemos, cualquiera de nosotros al que se nos
plantee un panorama semejante dudaríamos, como poco, en cualquier posibilidad
que se nos planteara. Y más teniendo en cuenta el sufrimiento físico y mental
que puede traer una enfermedad semejante. Si se me pregunta por mi experiencia
debo decir que soy demasiado cabezota y no quiero que la muerte se salga con la
suya una vez más. Este pensamiento de rebeldía ha sido muchas veces un motivo
importante para seguir adelante cuando la esperanza o la ilusión se apartaban
de mi lado. Me gusta luchar por causas
imposibles porque a veces, esas causas consiguen salir adelante y triunfar
donde todo el mundo veía en ellas una causa perdida. A veces la muerte no se
sale con la suya. Pero incluso si consigue salirse con la suya, ¿por qué no
hacerla rabiar y esperar un poco? A fin de cuentas, ella puede esperar.
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